"... Más allá que tomar la
palabra, habría preferido verme envuelto en ella y transportado más allá de
todo posible inicio. Me habría gustado darme cuenta de que en el momento de
ponerme a hablar ya me precedía una voz sin nombre desde hacía mucho tiempo: me
habría bastando entonces encadenar, proseguir la frase, introducirme sin ser
advertido en sus intersticios, como si ella me hubiera hecho señas quedándose,
un momento interrumpida. No habría habido por tanto inicio; y en lugar de ser
aquel de quien procede el discurso, yo sería más bien una pequeña laguna en el
azar de su desarrollo, el punto de su posible desaparición..." Michel
Foucault. El orden del discurso. 1970.
Te llamé. Sonó varias veces. ¿No
escuchaste o no te lo llevaste? Te mandé mensaje. ¿Me mandaste? ¿Me lo mandaste
por mensajito? No llegó. Llegó sí, pero no lo leí, no tenía ganas.
Llegó a las tres de la mañana.
¿Sabes a qué hora llegó? Te lo mando por mensaje que es más fácil. No, por
mensaje no, me es difícil leerlo, no sé qué botón apretar. Te tengo. No te
tengo.
Te tenía agendada. Hacemelo
sonar. Pongo la alarma. Poné la alarma. Te eliminé. Te borró. Te saqué. Me
sacaste. Se lo di. No, no se lo di, le dije que me agregue si quiere. Le di el
número tuyo. Ni loca le doy el número, le di el mío, le dije que te iba a
preguntar. ¿Sabés quién me pidió tu número? Estaba apagado. Tiene mi número. Lo
tenés apagado, fijate. Me figura entregado. Falló al enviar el mensaje. Lo
entregó a la hora. Lo guardé. Lo tengo todavía, no lo borré. Guardalo por
cualquier cosa. Llama pero no manda mensaje. Manda mensajes pero no puedo
llamar. Saca fotos. Pone música. Tiene linterna, puerto, pantalla digital. Me
daba como que estaba fuera del área. Si es por problemas técnicos apriete uno.
Apreté. Me tuvo quince minutos. Tenés que ir vos personalmente. Decí que lo
llevé. Decí que no lo llevé. Decí que lo apagué. Decí que no lo usé. Decí que
se lo compramos. Menos mal que no se lo compramos.
¡Ah! No, por mensaje, encima.
Haceme una perdida. Te hice una perdida. Un mensaje aunque sea. Me quedé sin
crédito. Tengo crédito por fin. El veinte me cargan y hoy es. Sin crédito,
sola, a las dos de la mañana. Lo llevo en la cartera. Me sonó en el cine.
Estaba en el cine, no podía atender. Justito ¿qué pasó? Yo sentía que sonaba.
No sonó. Te hice sonar. Hacemelo sonar y salgo. Lo perdí. Se me cayó al
inodoro. Este tiene señal siempre. Nunca hay señal. ¿Cómo querés que lea sin
anteojos? Está en mis contactos. No está en mis contactos. ¿Ese es el tuyo?
¿Así suena?. La música de Sandro
es Lucho. Cambialo. Dale cambialo. No, a este no lo cambio ni loca, lo tengo
(pará, dejame pensar) del 2004. Lo cambié. ¿Lo cambiaste? Por fin, ese
zocotroco viejo. Como nunca contestas, llamé a Luciano. Él también lo tenía
apagado. ¿Cómo apagan los dos? Al menos uno que lo tenga prendido. No importa
la hora. Por mensajito, sí, así no gastamos tanto. Tenemos gratis. Me tiene
gratis. Lo tengo gratis. Nos tenemos gratis. Es gratis. Ojo que te cobran. Pedí
el saldo. Me queda poco crédito, Ma. Me llega y me saca crédito. Llamame al
otro. Ese es el número viejo. Lo cambió hace rato. Termina en treinta y cinco.
Fijate. Es un número terminado en veinte. Me puso gratis. Encima lo tengo
gratis.
Hablamos todos gratis. Parece
mentira, levanta y se corta. Se cortó. ¿Cortaste o se cortó? No lo puedo creer,
me lo dejé en el taxi. Me lo olvidé en el club. En lo de tu papá. ¿Llamaste a
ver si estaba ahí? Llamá. ¿Qué esperás? Llamá desde el mío. Tomá. Tomá. Dale,
tomá. Yo nunca se lo leo pero hoy no aguanté. ¿Qué estás haciendo? Queridaaa,
¿cómo va todo por ahí?
Dale. Desconocido. No hay señal.
Me lo devolvieron. Por favor apágalo mientras comemos. No podés estár hablando
con la lechuga en la boca. Prendelo. Tenelo prendido. Está prendido.
Está en silencio. Pará que lo
pongo en silencio. Me quedó en silencio. Lo puse a propósito. Se lo revisé.
Tenía un mensaje raro. Te espero a las ocho. De un número desconocido. Yo
cuando llaman de privado no atiendo. Era a cobrar, nunca atiendo. Atendé a ver
si es tu hijo de un público. Del corporativo. Del de la empresa. Llamalo del
otro. Te llamo pero desde otro número. Otro número. Está bloqueado.
Desbloquealo. Perdón, tengo una llamada perdida de ese número. ¿Quién sos?. No
te conozco. No llegó entero. Mandalo otra vez, no llegó.
Llamame. Te llamo. Llamala.
Llamalo. Llamemos ahora. Dale ahora. Llego en cinco. Dame diez. Quince
cincuenta. Ciento cincuenta y cuatro. Sacale el cuatro. Ponele un cero más. No,
son cuatro veces seis. Hay un número demás. ¿Cómo tan pocos números? ¿Este es
tu número? Se cayó el sistema. Asterisco once once. Numeral cuarenta y cuatro.
Tecla de número. Tengo la memoria llena. Tomá mi número. Anotá. Comprá yerba.
¿ke hora venís?. Lo tiró contra la pared. ¿Dónde estás? Tqm. Te mandé mail.
¿Cómo va? Bajá. Abrí. Nos llamamos con el pensamiento. Ola soy pablo el
alvañil. Beso. Besitos. Abrazo. Saludos. Confirmame.